Volver a la infancia: ahora en el kiosco se imponen las golosinas retro

El packaging vistoso y reconocible guarda mucho más que un dulce. Ese paquete que cabe en la palma de una mano encierra un viaje al pasado. Son las golosinas retro, las de la infancia, esas que con un solo bocado nos trasladan a una época en la que todo era mejor.



Los estantes de los kioscos rebosan de golosinas de otras décadas. Algunas vuelven y otras siguen vigentes desde hace ya 50 años. El mes pasado la nostalgia salió empaquetada con el famoso Alfajor Suchard , que había dejado de fabricarse en 2001. “La gente reclamaba su vuelta por las redes sociales. Hubo más de 30 grupos en Facebook que lo pedían”, explica Ramiro Cuenya, gerente de Mondelez International, la firma que lo relanzó. “Entre marzo y abril vendimos casi el 70% de los alfajores que planeábamos entregar en todo el año. Y el día del relanzamiento, #VolvioelSuchard fue trending topic en Twitter”, detalla Cuenya.
El chocolatín Jack con frecuencia desaparece de los kioskos. Sin embargo, hace muy poco Felfort lanzó una tirada de unos 30 mil chocolatines. Sucede que los muñequitos coleccionables vienen de China y las restricciones a la importación demoran su entrega. “Cuando vuelven a salir después de un tiempo, los fanáticos se los llevan de a diez”, cuenta Fernando Román, kiosquero del barrio de Belgrano.
“Hay una tendencia a las golosinas retro. Se las suele asociar a recuerdos y anécdotas que en la adultez cobran la dimensión de nostalgia. Una infancia que se quiere volver a vivir a través del sabor y compartirla con los hijos”, señala Ximena Díaz Alarcón, directora de la consultora Trendsity. Y da otros ejemplos de regresos con gloria: “El caso del chocolate en polvo Toddy , las galletitas Kesbum y los pochoclos PopKorn ”.
En Facebook hay grupos que reclaman la vuelta de la chocolatadaCindor en botella de vidrio. Otros piden por el Milka Nussini (oblea rellena de avellanas bañada en chocolate con cereales) y también por la pareja Tubby 3 y Tubby 4 .
Javier López, de un kiosko de Las Cañitas, dice que sus clientes “piden por el Tatín , un chupetín masticable; y el Topolino , que venía envuelto en un sobre de papel y traía un juguete de regalo.” “Hay marcas que perduran como clásicos y cada tanto se refrescan presentando una nueva variedad del producto”, explica Ricardo Lorenzo, de la Asociación de Distribuidores de Golosinas. Entre los clásicos vigentes figuran laTita , que salió en 1949, y su prima hermana la Rhodesia , que se lanzó poco después. De los años 50 son los Palitos de la Selva y las pastillasLa Yapa, y de los 60 es la Bananita Dolca.
En los 70 el Marroc pasó de la caja de bombones Felfort a venderse de forma individual. Y en los 80 asomó el Biznike Nevado . En promedio, cada argentino consume de 5,7 kilos de golosinas por año.

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