Los secretos que mantienen la imagen familiar


Las personas dominadas por la vergüenza tienen temor de exponerse tal cual son, por miedo a ser rechazadas. Por eso optan por esconder su lado oscuro. Es como si usaran máscaras para proteger su verdadera identidad.

Las familias dominadas por la vergüenza actúan de la misma manera: guardan secretos familiares. Porque su mayor preocupación es la reputación. La respuesta a la pregunta ¿Qué van a pensar mis vecinos, mi mamá, el jefe? es muy crítica, y algunas veces es más importante que la necesidad de enfrentar la realidad. Es como si la aprobación social fuera lo más importante. Porque la imagen de respetabilidad siempre está por encima de todo.

Las familias dominadas por la vergüenza tienden a guardar secretos. Y hay muchas cosas que suelen esconderse: problemas del padre en el trabajo, de los hijos en la escuela, o con la ley, el embarazo de un miembro de la familia, depresiones o enfermedades, parte del pasado de alguien, etc. A los chicos que crecen dentro de este tipo de familias se les enseña que de esas cosas no se habla. Y si lo hacen, podrían ser castigados por avergonzar a la familia.

Las mujeres sobre todo, somos de ocultar algunos detalles de nuestro pasado que a los hombres pueden chocarle.
Uno de los detalles que casi nunca una mujer cuenta es lo referente a la cantidad de novios que tuvo en su vida, antes del compromiso actual. Porque además siempre nos enseñaron que una mujer debe de haber tenido la menor cantidad de hombres posibles en su vida, para ser bien vista.

Otro punto que queremos archivar, si es posible de por vida y guardar bajo siete llaves, son la cantidad y calidad de experiencias sexuales que tuvimos con ex parejas. Casi todas evitamos mostrar lo que aprendimos en el terreno de la intimidad. Y todo esto, para cuidar la actual relación y por no generar celos ni resentimientos con el hombre que comparte la vida actual.
Después de una separación temporal de una pareja, cuando se vuelve se tiende a ocultar lo que se hizo durante el tiempo de la separación. Es casi seguro que la mujer dice que esperó en soledad el regreso del hombre que amaba.

Una experiencia que dejó huellas en su condición de mujer es otro detalle que se trata de ocultar. Por ejemplo, si fue acosada sexualmente por algún familiar, o vecino, o en su trabajo por su jefe. Y en el peor de los casos, si sufrió abuso en la infancia o en algún otro momento de su vida (y este tipo de secretos también es común en los hombres que padecieron abuso). El miedo y la vergüenza en estos casos son muy fuertes, aunque, obviamente sufrieron ese daño contra su voluntad y fueron víctimas.
Otro motivo de silencio en la mujer es si padeció alguna enfermedad que la avergüenza.

Obviamente que hay cosas que no necesariamente tienen que ser reveladas, porque se trata de cosas muy personales, pero hay secretos que sí pesan.

Los padres que tienen el control de estas familias que guardan secretos, presionan a sus hijos para que se adapten a las expectativas sociales, para que sean lo que los demás esperan de ellos.

Muchas veces, cuando la presión es muy fuerte, puede que el chico tienda a sacrificar una parte muy importante de su esencia para adaptarse. Ese chico tal vez crece aprendiendo que para evitar la vergüenza, tiene que ocultar determinados aspectos de su vida y de su persona.

En las familias que guardan secretos, los padres controlan la información. Y los chicos empiezan a tener sus propios secretos, porque aprendieron que son necesarios para vivir.

Guardar muchos secretos puede llegar a enfermar de vergüenza a una familia. Porque ¿quién puede sentirse orgulloso de una familia que continuamente se está escondiendo?

Y lo peor parece ser que las personas que crecen en familias dominadas por la vergüenza pueden llegar a la madurez con daños colaterales. La mayoría cargan con una cierta vergüenza estructural. Y además corren el riesgo de convertirse en padres generadores de vergüenza que siguen transmitiendo ese mensaje de ocultamiento.

Tal vez se pueda cambiar la vergüenza por el respeto mutuo, reemplazando las críticas y los ataques de unos a otros por los halagos y la valoración de los demás, por la estima del otro. Los adultos incluso, tal vez puedan curar sus heridas aunque todavía estén inmersos en esa familia que vive sus secretos con vergüenza.

¡Cuántos aspectos para tener en cuenta a partir de los secretos! La autoestima, la posibilidad de vivir sin caretas, relajados, de mostrarnos tal cual somos, tranquilos de que nos van a aceptar más allá de nuestros defectos…

¿Hay secretos en tu vida que nunca pudiste contar? ¿Creciste en una familia que sentía vergüenza? ¿Se pueden recuperar las personas que crecieron dentro de esas familias con vergüenza?

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