Cuáles son las 10 mejores parrillas barriales

Adónde ir a comer buena carne por poca plata. Salimos a recorrer los barrios de Buenos Aires. Estas son las que más nos gustaron.




Hay dos tipos de parrillas. De un lado, las parrillas prolijas, onda estancia, con mozos calmos y bilingües y chorizos que salen 28 pesos. Del otro lado, las parrillas de barrio, con mesas de plástico, manteles de papel, mozos que corren de un lado al otro, una variedad de ensaladas que no pasa de la mixta y una carta de vinos con no más de cinco opciones. Ahí los pedazos de carne son contundentes, se sirven en bandejas de aluminio bastante abolladas y nadie tiene vergüenza en pedir escarbadientes luego de comer.

Está clara la diferencia, ¿no? De un lado, las parrillas de Puerto Madero y de Palermo, donde te sacan la cabeza por un bife. Del otro, las parrillas para gente común, donde podés ir cualquier día de semana con la seguridad de que vas a comer bien y gastar algo razonable ¡Esas son las parrillas que nos gustan! De todas, elegimos estas 10.

1. Parrilla El 22
En El 22 no se come. Se morfa. Mucho y barato. Todo en un ambiente futbolero, con partidos en la tele y posters de San Lorenzo en las paredes. Para ir con amigos, nada mejor. La entraña y el lomo son apuestas seguras. Los demás cortes a veces salen buenos y otras no. Todo se compensa: Vasco Viejo con soda, fritas a la provenzal y de postre, el clásico flan mixto sobre el que no tiene sentido hablar. Simplemente ir y comerlo. Perdón, morfarlo.
Jufre 1085 esq. Godoy Cruz, Villa Crespo / T. 4775-8608

2. El Desnivel
Lo que importa es la carne y la onda del lugar. Por eso en El Desnivel a ningún cliente se enoja por el maltrato de los mozos. Con un toque Indie por los extranjeros que la frecuentan, sigue siendo una parrilla de barrio clásica, con provoleta, asado de tira y bife de chorizo bien hechos, con una relación precio calidad sana para la zona. Los vinos, llegan medio tibiones, pero es parte del encanto. Pedí hielo, sodealo y ponele onda, que en acá el ambiente es la clave.
Defensa 855, San Telmo / T. 4300-9081

3. Lo de Mary
Un bodegón con botellas de vino hasta el techo, y donde la soda viene en sifón. El parrillero es un tipo de oficio, que desde hace años transpira la camiseta a la vista de todos, mientras despacha la entraña en el punto justo, los chinchulines crocantes, y todo en porciones generosas. Para ir un día de semana con ganas comer carne, ya que las ensaladas son tan austeras como el trato de los mozos. Sólo efectivo.
Humahuaca esq. Acuña de Figueroa, Almagro / T. 4864-8033

4. Gran Parrilla Cramer
Ideal para ir en familia, por su salón grande y sus mesas fácilmente manipulables para hacerlas grupales. Mozos experimentados que atienden rápido y sacan de la parrilla provoletas, papas al plomo y uno de los mejores bifes de chorizo de la zona. Atenti con la carta de vinos: muy completa para un restaurante de este tipo, y con buenas promos que van rotando.
Av. Ricardo Balbin 2782, Villa Urquiza / T. 4542-1697

5. La Protegida
Cuenta la leyenda urbana que los dos restaurantes que previamente funcionaban en esta esquina se vieron forzados a cerrar luego de violentos asaltos. Los dueños de La Protegida decidieron tomar recaudos: pusieron personal de seguridad en la puerta y bautizaron su parrilla de campo con un nombre acorde. Más allá de la anécdota, acá tenés buenas entrañas y tiras de asado en un salón, algo ruidoso, pero cálido. Lo mejor son las mesas en la vereda. Los fines de semana, andá con tiempo o con ganas de esperar un rato.
Cramer 2704. esq. Rivera, Belgrano / T. 4544-6722

6. Lo de Charly
Abierto las 24 horas como si fuera una farmacia de turno. Lo que empezó en 1991 siendo una posta de tacheros, es hoy una parrilla que crece y crece a base de mesas de plástico en la vereda, sillas esponsoreadas y un pastiche de colores que atrae a familias durante el día y jóvenes trasnochados durante las madrugadas. Un lugar honesto, sin otras pretensiones que la excelente relación precio-calidad, con la higiene justa. Pedí sólo clásicos: sánguches de vacío, morcillas bombón y porciones de entraña con fritas que te salvan a cualquier hora. Sólo cash.
Alvarez Thomas 2101, Villa Ortuzar / T. 4553-0882

7. La Choza
¿Debe una parrilla de barrio tener olor a carne y cierta mugre en sus pisos? No, necesariamente. La Choza es un ejemplo de parrilla barrial, limpia y prolijita: la salvación de miles de vecinos que viven la zona de Palermo más alejada del polo gastronómico. ¿Cómo se salvan? Con buena carne (el matambrito es una de las especialidades) y achuras (el “medio de cada” permite picar un poco de todo). Los precios no son un regalo, pero para ir en familia o para zafar un día de semana, es la mejor solución de la zona.
Gascón 1701, Palermo / T. 4833-3334

8. Parrilla Peña
Una parrilla barrial que roza lo céntrico, por su cercanía con el centro porteño, más específicamente con Tribunales. Sin embargo, este bodegón prolijo, con luces fluorescentes y un aire donde se respira aire a carne asada, es la vía de escape de miles de vecinos de Barrio Norte, cuando quieren salir de la pacatería de Callao y Santa Fe para probar una buena entraña, o una abundante porción de tira de asado. Capítulo aparte para su contundente budín de pan.
Rodríguez Peña 682, Tribunales / T. 4371-5643

9. La Luli
Clásico de Villa Crespo para ir después del fútbol o comer al paso. Rústico, barato, rico y abundante, La Luli encarna el prototipo porteño de parrilla barrial. Un lugar chiquito, con un aroma a carne y fritas que te llevás de recuerdo en la remera. Abren temprano y no apagan las brasas hasta pasada la madrugada. Los taxistas que la frecuentan aseguran que hoy los sánguches de bondiola superan largamente los famosos de La Rosalía, sobre Scalabrini Ortiz. Y los tacheros de esto saben mucho.
Av. Juan B. Justo. 2200 Esq. Aguirre, Villa Crespo / T. 4899-0540

De yapa

10. Los Talas del Entrerriano
Por más que no esté dentro de la Ciudad de Buenos Aires, esté parrillón de José León Suarez merece figurar en el top 10, tanto por la curiosa fauna que convoca (mezcla de conchetos de San Isidro camioneros de todo el país), por su ambiente rutero y, ante todo, por la calidad de su carne, sobre todo el matambrito y el lechón. Durante la semana, abre sólo los mediodías. Viernes y sábado, a la noche, y hay gente que espera hasta una hora y media por una mesa. Una espera que, sin dudas, vale la pena.
Brigadier Juan Manuel de Rosas, 1391, José León Suárez / T. 4729-8527




Por Alvaro Singer

Comentarios

  1. Es cierto lo que dicen, con respecto a Lo de Mary y Lo de Charly. No así con respecto a Las talas del Entrerriano y mucho menos a la Gran Parrilla Cramer. En estas ultimas tambien se come bien, pero de ninguna manera se gasta poco

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